martes, 15 de junio de 2010

TEMPERATURAS DE SERVICIO


Durante siglos, el ser humano ha estado tomando el agua a su temperatura natural, directamente de su fuente o lugar de almacenamiento. Solo en los últimos tiempos se ha empezado a manipular la temperatura del agua.

La temperatura de la mayoría de las bodegas subterráneas donde tradicionalmente se estaciona el vino es alrededor de 13°C (55°F). No hay nada de malo en consumir el vino a su temperatura, pero la mayoría de los aficionados al vino concuerdan en que manipular la temperatura puede intensificar la experiencia de beberlo.

A usted le debe gustar servir su champagne favorito a una temperatura refrescante de 6°C (42°F) y su vino de Burdeos a una temperatura cercana a 18°C (64°F), por ejemplo. El rango de temperaturas entre estas dos puntas sirve a todo el espectro de vinos, con todos sus sabores y aromas intrínsecos, y es la base para una evolución sin fin de diálogo entre el vino y su maridaje con las comidas.

Curiosamente, 13°C (55°F) es también la temperatura de muchos manantiales y fuentes. La similitud entre la temperatura de las bodegas de vino y los manantiales no debería ser sorprendente, dado que ambos están localizados debajo de la tierra.

Servir todas las aguas a la misma temperatura, por ejemplo 13°C (55°F), sería bueno para mostrar sus diferencias. Un pequeño aumento de temperatura va a tener un efecto de calmante en aguas con burbujas más grandes. En general, cuanto más fría esté el agua, más concentrada va a estar. El agua puede ser servida casi a cualquier temperatura, pero saber cómo manipular la temperatura puede ayudarlo a combinar mejor con el agua con las comidas y establecer un diálogo epicúreo verdadero.

Estas son las temperaturas que AguasPremium.net recomienda para servir el agua:

Nivel de carbonatación Temperatura

Agua sin gas 54°F (12°C)

Efervescente 56°F (13°C)

Baja 58°F (14°C)

Clásica 60°F (15°C)

Fuerte 62°F (17°C)

jueves, 3 de junio de 2010

MARIDAJES DEL AGUA


La sensación bucal es el factor más importante que guía la forma en que las aguas premium son combinadas con la comida. El contenido mineral y la acidez juegan un rol menor.

Sensación bucal

Use la medida de Balance que explicamos en Aguaspremium.net para establecer una progresión en una comida con múltiples platos y para combinar o contrastar el agua con la sensación bucal del plato. Uno de los mayores encantos de combinar aguas premium con la comida, es cambiar de aguas en cada plato, desarrollando una progresión de aguas que lo guíen durante la comida.

Tomar un agua diferente para cada plato resalta sus sutiles diferencias, y la progresión de sabores suma mucho para disfrutar la experiencia de la comida. Si su restaurant favorito no ofrece más de una agua premium, pídale que consideren agregar más opciones a la carta.

Para una cena tipo de 5 platos, una excelente progresión de aguas sería la siguiente:

* Hors d'oeuvre: Agua Fuertemente gasificada o Clásica. Esto es como tener un sabor de champagne, llama la atención, es burbujeante y fuerte.
* Ensalada: Agua Efervescente. Un buen contraste con el agua previa, pero no enteramente sin burbujas.
* Primer plato (frutos del mar, por ejemplo): Agua sin gas. Va a notar la ausencia de burbujas y focalizarse sólo en el agua.
* Segundo plato (ave por ejemplo): Agua Efervescente o de Baja Carbonatación. Reintroduce la sensación bucal y combina el agua con la textura del plato.
* Plato principal (carne roja, por ejemplo): Agua de Baja Carbonatación o Clásica. Combina con la textura del plato.
* Postre: Agua sin gas o Efervescente.

Pruebe estos ejemplos sencillos para elevar el agua premium hacia una experiencia epicúrea. Para profundizar, considere los principios del complemento y contraste. Algunas veces contrastar la textura de la comida permite una experiencia aún más placentera. Por ejemplo, las ostras crudas combinan perfectamente con el Agua Sin Gas, pero podrían ser aún más disfrutables con un Agua de Baja Carbonatación, la cual proporcionaría una sensación adicional en la boca. La misma regla aplica para la fusión del sushi y el sashimi, especialmente cuando tienen un tinte de especias picantes.

Un paté picante de atún es otro ejemplo de una comida que pide que la contrasten con un agua de Baja Carbonatación o Clásica. Otras comidas que van bien con aguas que las contrasten son las comidas picantes, los postres, los dulces y los quesos. Muchos platos se pueden beneficiar de un contraste con el agua. Desde AguasPremium.net los invitamos a experimentar y encontrar nuevas sensaciones!

Para realizar la selección de las aguas para una comida se ha de tener en cuenta que siempre se ha de ir de menor a mayor complejidad o estructura. La excepción a esta regla se produce cuando se inicia la comida con un entremés, en cuyo caso se puede comenzar con un agua carbónica que estimulará las papilas gustativas, ayudará a salivar y preparará la boca para recepcionar el primer plato.

Los principales maridajes serían:

* Aperitivos y entremeses. Aguas minerales ligeramente gasificadas (3,5 – 5 g/l de CO2) o aguas sin gas de mineralización muy débil (< 50 mg/l de residuo seco) o débil (entre 50 y 500 mg/l RS).
* Sopas y cremas. Aguas de mineralización débil.
* Ensaladas. Aguas ligeramente gasificadas. Estimulan los receptores gustativos de aceites y vinagres, potenciando su sabor.
* Embutidos. Aguas de mineralización débil.
* Pescados. Aguas de mineralización débil.
* Mariscos. Aguas de mineralización muy débil o débil, que permitan percibir las notas marinas y no las solape. Sólo las ostras maridan con un agua mineral ligeramente gasificada, cuyas finas burbujas pueden añadir una nota de alegre complicidad en ciertos momentos.
* Aves y carnes blancas. Aguas de mineralización débil.
* Carnes rojas, caza y comidas especiadas. Aguas de mineralización débil (entre 200 y 500 mg/l de RS) o superiores. Si no se toma vino, combinan

siempre con aguas con gas. El grado de gasificación dependerá del tipo de plato y de la textura de las salsas acompañantes.

* Arroces. Muy variable en función del tipo de arroz. Aguas de mineralización débil o ligeramente gasificadas.
* Quesos. Aguas de mineralización débil a fuerte, aumentando su mineralización en función del grado de curado.
* Postres y dulces. Aguas sin gas de mineralización débil, excepto si el postre es muy dulce, en cuyo caso se preferirá un agua mineral suavemente gasificada. La famosa frase “…como agua para chocolate” indica el perfecto maridaje entre el cacao, un alimento muy completo, y el agua. El agua sin gas de baja mineralización resulta ideal para el chocolate, aunque hay quien lo prefiere con un ligerísimo punto de burbujas…Pero si se trata de un chocolate con frutos secos, donde se mezclan en boca la suavidad de su pasta con la textura dura de la almendra, la nuez o la avellana, un agua mineral con mucho gas añade sus potentes burbujas a la mezcla, generando una explosión de texturas diferentes, digna de los dioses aztecas y mayas que lo crearon.
* Café. El café es un placer en sí mismo, pero el 98% de una taza es agua. La degustación del incomparable perfume de un Jamaica blue mountain o la persistencia en boca de un Guatemala volcán oro sólo pueden lograrse con el agua adecuada, y ha de ser un agua mineral de mineralización de muy débil a débil, siempre inferior a los 200 mg/l de residuo seco. Además, se notará también en el mantenimiento de la cafetera…
* Té. Similar planteamiento merece esta delicia oriental. El té blanco, verde, herbales… todos ellos necesitan de un agua de mineralización inferior a 200 mg/l de residuo seco. Sólo el té negro, en sus muchas variedades, admite aguas de mayor mineralización que acompañen su fuerte aroma. Un First Flush del Assam indú o un Galaboda de Ceilán serían buenos ejemplos de este maridaje.

El agua mineral, además de ser una excelente compañera de mesa y de resultar imprescindible en la elaboración de infusiones, contribuye también a mejorar notablemente los matices de determinadas especialidades culinarias: almíbares, sorbetes, pastas y determinadas sopas, por ejemplo, necesitan ser elaboradas con aguas de baja mineralización. Legumbres y arroces, por el contrario, requieren de aguas minerales cálcicas de alta mineralización para su correcta cocción.

Maridaje con el Contenido Mineral:

El nivel Total de Sólidos Disueltos (TDS) es, después de la sensación bucal, el segundo factor más importante a considerar al combinar el agua con la comida. El TSD en las aguas premium varía desde 0mg/lt (agua destilada, como por ejemplo Le Bleu) hasta 13.298 mg/lt (Donat Mg- agua curativa de Eslovenia, que es una comida en si misma).

Maridaje con factor de pH:

La mayor parte de la comida que consumimos es ácida, con un rango de pH de 2,4 (salsa de arándano) a 7,2 (espinaca, camarones, y algunos quesos). Use el gusto del agua influenciado por su nivel de pH (agrio, dulce, o amargo) para complementar o contrastar con el gusto del plato.

El nivel de pH es sólo un componente menor en el maridaje del agua con la comida, por lo que no debería estar sobre enfatizado, el maridaje con la comida no es un juego de números de pH. Por ejemplo el agua Perrier (pH 5,46) queda muy bien con unas ostras crujientes y fritas (pH 5,7) y Borsec (pH 6,45) con queso (pH 7,5).

Intangibles:

Más allá de las meras consideraciones de gusto, se deberían considerar características intangibles del agua como la presentación, la historia del agua, etc, al seleccionarla. La botella juega un rol importante en la percepción de la calidad del agua. Como el agua no tiene características visibles notables por sí misma, la botella tiene un impacto remarcable en el valor percibido.

Combinar la presentación con lugar o evento puede no tener influencia en el gusto (como cualquier test ciego de agua constata), pero hacer esto mejorar significativamente la experiencia.

Cada buen sommelier mientras está sirviendo el vino cuenta una historiadel mismo. ¿Esto hace que el vino tenga mejor gusto? No. ¿Hace que el vino se sienta más especial y único? Absolutamente. Lo mismo se cumple con el agua: compartir la historia del agua, de su fuente y origen, crianza, ubicación y circunstancias de su embotellamiento, contribuye significativamente a la experiencia en su totalidad.

En la mesa del restaurante:

Es importante saber que en un buen restaurante:

* Jamás servirán el agua en jarra.
* Presentarán una carta de aguas con la que se tendrá la opción de escoger aquellas que mejor mariden con nuestra decisión gastronómica.
* Presentarán la botella cerrada y será abierta siempre en nuestra presencia.
* En caso de querer consumir el agua fría, nunca la servirán con hielo, dado que éste altera la composición química del agua mineral solicitada. Pondrán a nuestra disposición una cubitera o recipiente térmico que mantendrá el frescor del agua durante todo el tiempo necesario.

miércoles, 2 de junio de 2010

CATAS DE AGUA


Cada agua mineral tiene su particular composición química, que le otorga personalidad propia y un sabor único. Los restaurantes de prestigio disponen de una carta de aguas, que permite al cliente redondear el placer de los platos más exquisitos con el agua mineral más adecuada. Lejos de ser un producto

banal, el agua presenta innumerables matices, capaces de satisfacer el paladar de un buen comensal.

La cata se debe desarrollar en una sala con la temperatura entre los 20 y los 22 ºC y la humedad entre el 60 y el 80 %. Se deberán utilizar unas probetas cónicas, o copas, que permiten una mejor olfacción y degustación. El tiempo de cata es de unos 5 segundos, si bien a temperaturas superiores a los 22 ºC, los componentes aromáticos se perciben ya a partir de los 3 segundos. Las fases de la cata son la fase visual: en la que se aprecia si el agua es transparente o brillante; la fase olfativa: en la que se puede diferenciar entre si es agradable o terrosa; la fase gustativa: en la que se distinguen: alcalina o dura, dulce, ácida o salada, agradable o terrosa. Para las aguas con gas: se valora su finura, la persistencia y lo carbónico.

Copa:

La forma de la copa y la temperatura de servicio de las aguas minerales van a condicionar su disfrute a la hora de la restauración. La copa de agua mineral ha de ser de cristal incoloro, transparente y sin adornos. Su forma redondeada, con bordes delicados y ligeramente inclinados hacia adentro, debe permitir introducir toda la nariz en su interior, con el fin de percibir mejor los finos, sutiles y casi imperceptibles aromas del agua y facilitar su bebida a grandes sorbos que permitan prolongar la placentera sensación que provocan. La capacidad de las copas conviene que sea 2-3 veces el volumen servido (150 ml, aproximadamente).

La copa ha de tener fuste corto dado que, al contrario que en el vino, no importa que el calor de la mano se transmita al agua mineral. Más bien al contrario: en ocasiones, un ligero calentamiento puede potenciar su casi imperceptible aroma.

El agua con gas, por el contrario, requiere de una copa completamente diferente. La boca ha de ser estrecha con una doble finalidad: retener el escape de las burbujas y obligar a inclinar la cabeza hacia atrás, posición en la que los sorbos son mucho más pequeños. De este modo se direcciona mejor el flujo de agua hacia las papilas laterales de la lengua, que es donde reside la zona de percepción de la acidez, que genera, a su vez, la sensación de frescor.

Temperatura

El hombre, a lo largo de los siglos, ha bebido siempre el agua mineral a boca de manantial. Cualquier agua subterránea que no sea termal, provenga de manantial o de pozo, suele emerger a una temperatura casi constante que equivale a la media climática del lugar. ¿A qué temperatura hay que beber el agua mineral? La Naturaleza es sabia, sólo hay que imitarla. El agua mineral natural y los blancos crianza se degustan a la misma temperatura.

El agua mineral con gas, por el contrario, debe ser consumida más fría.

Nunca se debe añadir cubitos de hielo al agua mineral natural (elaborados con agua de grifo), servirla en copas calientes recién sacadas del lavavajillas o con olor a detergente (caso desgraciadamente demasiado frecuente) ya que estas son prácticas incorrectas que van contra el disfrute del sabor más auténtico.

martes, 1 de junio de 2010

EL SABOR DEL AGUA


El agua mineral no es un producto incoloro, inodoro ni insípido, como los libros de texto definen al líquido universal. El agua tiene sabor, entendiendo como tal la impresión sensorial que deja un producto en boca.

En una primera instancia, el agua parecería no tener las características individuales que distinguen a los vinos. Sin embargo, luego de comparar con los sabores presentes en el vino, aparecen diferencias sutiles pero distintivas entre las aguas también.

A continuación detallaremos los componentes del sabor que aplican al agua:

SABOR = GUSTO + OLFATO + SENSACIÓN BUCAL

El gusto, el olfato y la sensación bucal (la sensación táctil de la comida en la boca, basada en la temperatura, la textura y una serie de percepciones relacionadas con la existencia de determinadas proteínas en las conexiones nerviosas) se combinan para producir el sabor. Los receptores sensoriales en la nariz y la boca reportan información al cerebro de cada uno de estos tres componentes, donde la sensación está integrada en un proceso sumamente complejo que recién estamos comenzando a entender.

Los escritores de vinos, generalmente le prestan muy poca atención a la sensación bucal, pero es una propiedad muy importante tanto en la comida como en el agua. El tamaño, la cantidad y la distribución de las burbujas (o ausencia de ellas) son elementos esenciales para la sensación bucal del agua.

Una cata de vino enfatiza el gusto y el olfato, mientras que en una cata de agua la sensación bucal es la característica más importante a considerar.

Gusto:

Usted seguramente ha visto un mapa de la lengua dividido en regiones sensibles a diferentes gustos: salado, dulce, amargo, agrio, y sabroso. Este mapa es engañoso; fue originado en una mal traducida tesis alemana de comienzos del siglo XX, que fue refutada en 1974.

Acumulaciones de células llamadas papilas gustativas se encuentran dispersas alrededor de la lengua y los paladares duro y blando; estas son sensibles a todos los tipos de gustos.

Olfato:

Nosotros podemos percibir miles de olores distintos, pero a diferencia del gusto, no existe un régimen para categorizar los olores básicos que haya sido establecido. En cambio, el objeto asociado generalmente le presta su nombre al olfato: una naranja puede saber dulce, pero huele como una naranja. Las células nerviosas que actúan como receptores del olfato tienen una vida útil de 30 días. Mientras masticamos, podemos percibir olores a través de la nariz y de la cavidad bucal.

Sensación bucal:

Seguramente usted no esté familiarizado con el término “sensación bucal”, pero conoce el concepto si puede explicar la diferencia en textura entre un budín cremoso, un crujiente pepinillo, una papa frita y un pan liviano. La sensación bucal y la textura tienen muchísima influencia en cuán satisfactoria es la comida para nosotros.

El residuo seco, es decir, el total de minerales disueltos, condiciona la textura del agua. La predominancia de ciertas sales determina su gusto: el bicarbonato cálcico, que suele ser el compuesto dominante en muchas aguas, es neutro o ligerísimamente dulce; el cloruro sódico, salado; el sulfato magnésico, amargo. El pH condiciona su acidez, desde las aguas carbónicas ácidas a las bicarbonatadas alcalinas. Una rica combinación de matices resulta posible. En este contexto, al igual que si de un vino se tratara, transparencia, ligereza, acidez, frescura, efervescencia, tamaño y estabilidad de la burbuja, textura, equilibrio, tiempo de persistencia en boca y estructura son descriptores también de las catas de aguas.

viernes, 28 de mayo de 2010

NIVEL DE CARBONATACION "EQUILIBRIO"

Con la creciente popularidad del agua mineral embotellada, la medida de “Balance” que utilizamos en aguaspremium.net proporciona una escala que define las diferencias entres las distintas aguas premium embotelladas, basada en los niveles de carbonatación.

Fue designado de manera de ser un estándar fácilmente entendible por restaurantes y conocedores. El Balance de AguasPremium.net ayuda a los bebedores de aguas premium a apreciar la diferencia entre, por ejemplo burbujas largas de una Perrier o Ty Nant y las pequeñas burbujitas de una Badoit (efervescente).

Es importante notar que no hay una escala implícita de calidad asociada al estándar de Balance, sino que se creó esta medida meramente para comparar aguas, y como forma de señalar las diferencias que permite que las aguas premium sean saboreadas y disfrutadas por completo.

Las distintas categorías en las cuales podemos dividir a las aguas teniendo en cuenta su balance o nivel de carbonatación son las siguientes: agua sin gas, efervescente, levemente gasificada, de carbonatación clásica y de carbonatación fuerte.

Agua sin gas- “Still”

El agua sin gas o no carbonatada es preferida por el 70% de la población mundial y el 65% de los americanos. Los españoles comparten esta preferencia, mientras que los italianos prefieren el agua carbonatada. En América del Sur la experiencia es un poco diferente al resto del mundo, sobre todo con países como Argentina, Chile y Uruguay, donde prefieren el agua con gas, pero lentamente los números se están revirtiendo y el consumo de agua sin gas crece día a día.

El agua sin gas es perfecta con cualquier comida. Con las aguas sin gas podemos establecer una conversación epicúrea sobre las distintas fuentes y contenido mineral y focalizar las diferencias entre las distintas aguas sin gas en su crianza.

Es muy importante resistir la tentación de servir agua sin gas con hielo, especialmente si el hielo fue hecho con agua de grifo. Si preferís tomar agua con hielo, para un beneficio completo asegúrate que el hielo haya sido hecho con la misma agua mineral.

  • Temperatura de servicio recomendada: 12°C (54°F)
  • Nivel de carbonatación: 0mg/lt

Efervescente

Las aguas efervescentes son una sorpresa para muchos. Estas aguas sofisticadas, con las burbujas más pequeñas posibles, están entre el agua sin gas y el agua de baja carbonatación.

En algunas instancias estas aguas pierden sus burbujitas muy rápidamente y quedan casi como agua sin gas. Muchas aguas naturalmente carbonatadas como Badoit, Wattwiller y Ferrafelle, se encuentran dentro de esta categoría.

El agua que es casi sin gas pero con un pequeño toque de carbonatación, y por lo tanto un toque de sensación bucal, ofrece una nueva sensación a muchas personas. Usá este elemento de sorpresa para contrastar o realzar un plato determinado.

  • Temperatura de servicio recomendada: 13°C (56°F)
  • Nivel de carbonatación: 0-2,5 mg/lt

Levemente gasificada- “Lightly sparkling”

Estas aguas llaman la atención. Muchas personas que afirman que no les gusta el agua carbonatada o agua con gas, adoran las aguas levemente gasificadas. Si estás sirviendo un plato con una sensación bucal sutil (por ejemplo pescado empanado) un agua levemente gasificada puede ser una opción perfecta, ya que le proporciona textura pero no predomina su sabor en la presentación.

  • Temperatura de servicio recomendada: 14°C (58°F)
  • Nivel de carbonatación: 2,5-5 mg/lt

Carbonatación clásica

La carbonatación clásica es en lo que la mayor parte de las personas piensan cuando hablan de agua con gas. Las aguas clásicas son los caballitos de batallas del maridaje entre la comida y el agua. Su sensación bucal combina con muchos platos a la perfección, lo que las hace una apuesta segura.

Las aguas de carbonatación clásica también son perfectas para cócteles y tragos, especialmente vinos espirituosos. Cuando se selecciona un agua de carbonatación clásica específica para acompañar determinado plato, siempre mire el contenido mineral del agua. Un agua de carbonatación clásica con un bajo Total de Sólidos Disueltos (TSD) es una buena opción para cócteles, mientras que otra con un nivel de TSD alto es una opción buena para acompañar carne roja.

  • Temperatura de servicio recomendada: 16°C (60°F)
  • Nivel de carbonatación: 5-7,5 mg/lt

Carbonatación fuerte- “Bold”

Imaginate burbujas fuertes, grandes y largas. Las aguas de carbonatación fuerte a veces crean una sensación de estallido en la boca.

Si se sirve demasiado fría, las burbujas pueden ser demasiado contundentes y abrumadoras. Cuando las personas dicen que detestan el agua con gas, generalmente se refieren a este tipo de sensación.

Servidos a temperatura cercana a la temperatura ambiente, las burbujas se calman. También, si lo deseas podés usar una cuchara para batir el agua y reducir algo del efecto.

La combinación cuidadosa con la comida es requerida si las aguas de carbonatación fuerte van a ser servidas durante la cena. La fuerte sensación creada por las burbujas grandes puede distraer el sabor de comidas sutiles o aquellas con pequeña o nula sensación bucal. Por el otro lado, las burbujas pueden ser usadas a veces para contrastar con comidas sutiles y proporcionarles una textura. Las aguas de carbonatación fuerte en el comienzo de una comida, son preferibles con entradas crujientes o empanadas.

  • Temperatura de servicio recomendada: 17°C (62°F)
  • Nivel de carbonatación: mayor a 7,5 mg/lt

Carbonatación Artificial:

Joseph Priestley descubrió una manera de carbonatar el agua cuando puso un recipientede agua arriba de una tina con cerveza fermentada, lo que emitió dióxido de carbono que luego fue absorbido por el agua. Su artículo “Impregnating Water with Fixed Air” fue publicado en 1772.

Al mismo tiempo, el profesor sueco Tobern Bergman descubrió otro método de carbonatación, esta vez usando ácido sulfúrico y tiza. Tobern se inspiró en los manantiales de los cuales el agua emerge naturalmente carbonatada.

Las técnicas actuales de carbonatación incluyen dióxido de carbono que lo presurizan antes de adicionarlo al agua, ya que la presión aumenta el monto de dióxido de carbono que se puede disolver. Al abrir la botella de agua, la presión se libera, permitiendo que el dióxido de carbono forme burbujas que antes no eran visibles. El tamaño, espacio y cantidad de las burbujas en el agua carbonatada está regida por la cantidad de dióxido de carbono que se le adicione. La mayor parte de las aguas carbonatadas artificialmente tienen entre 1mg/lt y 10mg/lt de dióxido de carbono.

Carbonatación natural

Algunas condiciones geológicas raras pueden producir agua naturalmente carbonatada; generalmente la carbonatación natural se le atribuye a la actividad volcánica. Históricamente, las aguas naturalmente carbonatadas son muy solicitadas por sus supuestas propiedades curativas.

El dióxido de carbono ayuda a esta agua a absorber minerales en grandes niveles. Apollinaris es un ejemplo de un agua premium naturalmente carbonatada. La actividad volcánica en la región Eifel de Alemania enriquece el agua con minerales y el magma le aporta el dióxido de carbono. Otras aguas premium naturalmente carbonatadas son: Badoit, Gerolsteiner, Wattwiller, Ferrafelle y Borsec. Perrier tiene una carbonatación natural con una historia única, ya que proviene de gases volcánicos en las rocas cerca de la fuente.

Sin embargo, la demanda internacional de Perrier aumentó tanto que la compañía tuvo que mejorar su eficiencia capturando el agua y el dióxido de carbono de manera separada. Las dos substancias se toman de la misma formación geológica, pero se extraen de distintas profundidades; el gas es luego filtrado antes de ser adicionado al agua. Cuando una persona abre una botella de Perrier, el nivel de carbonatación coincide exactamente con aquel que se encuentra en la fuente.

La estricta legislación que rige las aguas minerales naturales, a nivel mundial y europeo, y cuyo espíritu es siempre el de proteger el origen y la naturalidad del producto, permite únicamente añadirles gas carbónico, dado que en la Naturaleza este compuesto es el único ingrediente que puede encontrarse unido al agua de manera natural.

El gas carbónico natural se genera, normalmente, a una profundidad de entre 3 y 30 km. Si durante su ascenso a la superficie se topa con un acuífero, comienza un proceso de saturación del agua subterránea en este gas. La solubilidad del carbónico en agua está en función de la temperatura (es más soluble en frío que en caliente), de la salinidad y de la presión, pero suele variar entre 1,5 y 2,5 mg/lt en los ambientes más generales. Por tanto, toda la cantidad de gas que sobrepase este límite se convertirá en burbujas al abrir la botella.

miércoles, 26 de mayo de 2010

BARES DE AGUA

Moda o tendencia, los bares de agua se reproducen en el mundo y las cartas de aguas se añaden a las de los vinos.

En Europa, Canadá y Estados Unidos son cada vez más los establecimientos que ofrecen una selección de aguas premium, como el Ritz madrileño, o locales más modernos, como Lágrimas Negras, el Europa Decó del Hotel Urban, o el restaurante Bauzá (todos en Madrid). No faltan tampoco en El Bulli o en La Sucursal (Valencia), con más de 40 marcas.

Quizás lo más novedoso sean los bares de aguas, una apuesta saludable y glamourosa que en 1997 puso en marcha la tienda parisina Colette con su Water Bar Chez Colett (213, rue Saint-Honoré), que ofrece 80 tipos de todo el mundo. A su estela han ido surgiendo locales similares en todas las ciudades: Tokio, Sydney, San Pablo y Mendoza (Argentina), entre otros lugares, donde la gente hace cola para tomar el agua más cool a precios no siempre asequibles.

En Vía Génova de New York uno puede disfrutar de una selección de 33 aguas, provenientes de 15 países. Los precios por botella oscilan entre los 4 a 55 dólares, en donde cobran protagonismo aguas como la canadiense 10 Thousand BC, el agua glaciar más fina del mundo; o la Bling H2O, producida en Estados Unidos y que viene en una botella de cristal tapada con corcho y adornada con cristales Swarovski.

En Montreal, el bar Exos ofrece una carta de aguas americanas y europeas con y sin gas, aromatizadas y oxigenadas. El valor de la copa es de 2 dólares.

En Francia hay dos sitios infaltables para la degustación de aguas: Chez Théaux, de Toulouse, y Bar à Bulles, en las galerías Lafayette, en los que uno puede beber aguas provenientes de más de ocho países europeos.

En España también pueden encontrase lugares que rinden culto al agua. En Madrid una dirección recomendable es Isolée (Infantas,19), moderna tienda lifestyle en la que adquirirlas o degustarlas. En Barcelona, Date un respirO2 (Avda.Gran Vía Carlos III, 46) es un bar de oxígeno con una surtida selección de aguas premium.

En todos los bares de agua la característica común es la información detallada de la composición del agua que se está degustando para el conocimiento de sus propiedades nutritivas.

ENVASE: ¿VIDRIO O PLASTICO?

Alrededor del año 100 antes de cristo, los Sitios inventaron a botella de vidrio soplando vidrio fundido a través de un tubo. Hasta que se hizo posible la producción masiva, las botellas de vidrio eran muy caras, por lo que Apollinaris y otras aguas eran vendidas en jarras de barro.

En AguasPremium.net recomendamos que siempre elijan vidrio de ser posible, ya que tiene una sensación más linda y luce más importante. Además, el vidrio no contamina el sabor del agua como lo hace el pet; el vidrio hace que el sabor original del agua se mantenga intacto.

Para ser parte de las aguas premium, tener una botella de vidrio es un requisito. Las botellas, aunque a veces sobre diseñadas y muy poco funcionales, como en el caso de Voss en el cual la botella tan fina y alta de vidrio se cae fácilmente, son el aspecto más visible de la marca de agua.

Mientras que algunas marcas de aguas premium sólo envasan agua en botellas de vidrio, otras marcas establecen una identidad distintiva en ambas presentaciones vidrio y plástico (PET), como por ejemplo Ty Nant.

Últimamente algunas empresas que sólo embotellaban en PET se están cambiando al vidrio, de manera de capturar un segmento de mercado más exigente, a través de ventas en restaurantes y hoteles. Sin embargo, Perrier se despegó en el 2001 de su famosa botella de vidrio verde, introduciendo una botella de PET de medio litro.

Cuando se ve el número 1 entre flechas (ver imagen) debajo de un recipiente o una botella de plástico, ese envase está hecho de PET (Polietileno Tereftalado). Este tipo de polyester es una resina plástica transparente y muy resistente, que mantiene su forma aún cuando está expuesta a cambios de temperaturas. Además, es relativamente barato para fabricar, es liviano y reciclable.

BENEFICIOS SEGUN EL TIPO DE AGUA

Por el solo hecho de penetrar en nuestro organismo por vía digestiva, las aguas minerales naturales ya pueden tener unos determinados efectos fisiológicos en función de su composición química. El agua mineral natural es un agua que merece ser envasada. Un producto natural que llega al consumidor con la misma pureza, riqueza mineral e idénticas propiedades saludables que tiene en la Naturaleza.

Tipo de agua mineral

Composición mineral/litro

Beneficios

Bicarbonatadas

o alcalinas

> 600mg/lt

de bicarbonatos

Facilita la digestión y neutraliza la acidez del estómago

Cálcicas

> 150mg/lt de calcio

El calcio del agua se absorbe bien por el organismo y contribuye a la mineralización de huesos y dientes. Se recomienda para embarazadas, niños, ancianos y para prevenir osteoporosis.

Magnésicas

> 50mg/lt de magnesio

Contribuye a la mineralización de huesos y dientes y pueden resultar ligeramente laxantes.

Hiposódicas (H)

o Sódicas (S)

H: ‹ 20mg/lt de sodio

S: > 200mg/lt de sodio

Ayuda a combatir el estrés.

H: beneficia a quienes sufren alteraciones renales, hipertensión o retención de líquidos y a los bebés y personas mayores.

S: no aconsejable para niños, personas mayores, personas con problemas de riñón, de corazón, o retenciones de líquidos.

Fluoradas

> 1mg/lt de fluoruros

Convenientemente dosificada puede prevenir caries dentales. No debe ser utilizadas de forma permanente por los niños durante el período de dentición.

Carbonatas o con gas

> 2,5mg/lt de dióxido de carbono natural o añadido

Estimulan el apetito y facilitan la digestión

Aguas de mineralización débil: (hasta 500mg/lt de residuo seco) o de mineralización muy débil (hasta 50mg/lt de residuo seco)- convencionalmente dosificadas facilitan la producción volumétrica de orina. Pueden estar indicadas para la preparación de alimentos infantiles y cálculos renales.

Todas las aguas con mineralización inferior a 100 mg/litro, que son la mayor parte de las envasadas sin gas, pueden tener efectos diuréticos, es decir, consiguen una eliminación de líquidos superior a la dosis de agua ingerida.


EL AGUA Y LA INDUSTRIA

300 AÑOS DE BALNEARIOS Y AGUA MINERAL

Durante el s. XVII las casas de baños se van transformando en balnearios, que comienzan a tomar un gran auge en el s. XVIII.

En 1697, el Dr. Alfonso Limón Montero, catedrático de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares, publica su famoso “Espejo cristalino de las aguas de España” que se considera el primer tratado de Hidrología médica español. En este incunable, guardado celosamente en la biblioteca del Instituto Geológico y Minero de España, se describen las características físico-químicas y la situación geográfica de más de un centenar de manantiales de aguas minerales y de 36 balnearios, aunque, según comenta en su prólogo, sólo cita los más importantes.

En 1764, Pedro Gómez de Bedoya y Paredes, catedrático de la Universidad de Santiago, escribe su “Historia Universal de las Fuentes Minerales de España”, ambiciosa obra en siete volúmenes de los que sólo se publicaron los tres primeros. En este caso eran ya 275 los manantiales minerales descritos con todo lujo de detalles y 40 los balnearios reseñados. Entre 1793 y 1798, Juan de Dios García Ayuda publica el “Examen de las aguas medicinales de más nombre que hay en las Andalucías” y, en 1853, Pedro Mª Rubio edita su “Tratado completo de las fuentes minerales de España” donde estudia 188 balnearios y 1.187 manantiales, 283 de los cuales incorporan ya su composición química.

Poco a poco el empirismo se va tornando en ciencia. Los avances de la química analítica en el s. XIX se traducen en un mayor conocimiento de la caracterización de las aguas minerales. Fernando VII, un fervoroso adicto a las mismas, crea, en 1816, el Cuerpo de Médicos Directores de Baños.

En la segunda mitad del s. XIX, se implanta el estudio de una característica definitoria de las aguas minerales: su estabilidad química en el tiempo.

Una orden de la Dirección General de Sanidad obliga a analizar periódicamente las aguas minerales con el fin de verificar esta constancia y asegurar la composición química a los enfermos. Las desamortizaciones de Mendizábal, en 1836, y Pascual Madoz, ministro de Espartero, en 1855, acercaron la propiedad de los manantiales a particulares e impulsaron la actividad balnearia y la comercialización de numerosas aguas minerales. Con el reglamento de 1868 se llegó a poder reclamar la comercialización de un manantial mineromedicinal si el dueño del terreno en el que brotaba no lo hacía. El hecho de mantener activo un manantial que previamente había sido declarado de utilidad pública, sea como balneario o como planta envasadora, evitaba todo intento desamortizador.

Médicos, farmacéuticos, burgueses o aristócratas se convirtieron en empresarios a la vista del auge que tomaba la nueva actividad. La segunda mitad del s. XIX y los comienzos del s. XX constituyen la gran época dorada de las aguas minerales envasadas: concursos internacionales, medallas conmemorativas… el agua mineromedicinal llega a casa del consumidor por expreso deseo de éstos de poder prolongar sus beneficios más allá del balneario.

En 1913, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) elaboró la primera “Relación por provincias de las aguas mineromedicinales de España” en la que se asociaba, por primera vez, la composición química con la geología de los manantiales y, a continuación, publicó el primer mapa geológico a escala 1:1.500.000 con los perfiles geoquímicos de los manantiales. A partir de este primer trabajo, la dedicación del IGME hacia este sector del conocimiento ha sido continua y fructífera.

El período entre guerras mundiales y la década de los 50 con la postguerra, ralentiza la actividad de la industria envasadora en Europa. A partir de los 60, surge con fuerza un sector industrial importante que acompaña el desarrollo económico general, produciéndose, en las últimas décadas, crecimientos de mercado considerables, sobre todo debido a la importancia que se concede actualmente a la salud.

FUENTES DE AGUA PREMIUM

La lluvia (y otro tipo de precipitación) es el origen del agua. Pero después que el agua de lluvia cae, factores geológicos y meteorológicos influencian los próximos pasos de la jornada del agua.

Cuando la nieve se derrite en primavera en los Alpes, circula en forma de agua por los ríos y napas freáticas. Los manantiales en las bases de las montañas se forman con esta agua, relativamente joven. Sin embargo, en otras partes del mundo, el suelo puede rápidamente absorber el agua que cae de la lluvia, y el agua puede no tocar la superficie otra vez pro otros 10.000 años. Gran parte del agua que bebemos hoy en día es agua de lluvia que calló hace cientos de miles de años.

El agua que circula en un manantial profundo, el agua de pozo y el agua artesiana, está generalmente más protegida del ser humano y de los desperdicios animales que el agua superficial o el agua de un acuífero de escaza profundidad. Sin embargo, el agua que circula en las profundidades, generalmente tiene un mayor grado de mineralización, ya que interactúa con las rocas por mucho tiempo. Aunque aguas superficiales o de acuíferos de poca profundidad pueden tener buena calidad, las condiciones ambientales son las que hacen las diferencia entre las distintas regiones. Las aguas provenientes de medioambientes puros y protegidos de contaminación, aunque sean aguas superficiales y hasta agua de lluvia, son limpias, seguras y de calidad premium.

Como la última fuente del agua es siempre el agua que cae de la lluvia, vamos a ver más de cerca los lugares en donde el agua emerge o es extraída del subsuelo.

Agua de manantial- "Spring water"

Los manantiales son la fuente de la mayor cantidad de aguas embotelladas. Las aguas de manantial varían ampliamente en su composición mineral y nivel de TSD; ambos aspectos influenciados por la geología del área local. Algunos manantiales carbonatan naturalmente el agua. El agua de manantial que tiene mejor gusto proviene de un manantial protegido, de libre circulación y el agua es tratada lo mínimo posible durante el proceso de embotellado.

La definición real de agua de manantial es controversial. Los geólogos la caracterizan como agua que sube hacia la superficie de la tierra sin ayuda alguna de maquinarias. Sin embargo, el agua que se extrae de un pozo al lado del manantial debería también ser considerada como agua de manantial. La U.S. Food and Drug Administration, la considera de manantial, siempre que la composición química sea idéntica a la del manantial donde proviene, que el pozo no perturbe el flujo natural del manantial y que no abra el acuífero al agua superficial.

Utilizar el orificio natural del manantial siempre es preferible. Cuando la propia presión del agua la trae a la superficie, esa presión la protege de los contaminantes en el suelo y del agua superficial de mezclarse con el agua de manantial. Los pozos pueden poner en riesgo la vida útil del manantial, ya que el volumen extraído con la bomba es mayor a la capacidad natural del manantial.

El agua de manantial no está definida por ley como lo está el agua mineral natural, entonces los embotelladores pueden (y lo hacen) utilizar agua de otras fuentes distintas a la de un manantial natural.

Agua artesiana- "Artesian water"

Según la Sección 165.110(b) del Título 21 del Código de Regulaciones Federales (FDA) de 1997 se define al agua artesiana como el agua proveniente de un pozo abastecido de un acuífero cerrado en el cual el nivel del agua permanece a una altura mayor que la de la superficie del acuífero. Puede ser recogido con la ayuda de una fuerza externa que mejore la presión subterránea natural (la fuerza externa no puede disminuir el nivel del agua por debajo del de la superficie del acuífero, ni cambiar su estado natural.

Un factor de distinción en las aguas premium es ser "artesiana", ya que son aguas mucho más exclusivas y más aún si son aguas minerales naturales y artesianas.

Son ejemplos de aguas artesianas el agua Fiji de las islas Fiji y el agua Voss de Noruega.

Agua de fuente no artesiana - "Well Water"

Las aguas de fuente no artesiana o de pozo, necesitan ayuda mecánica para traer el agua desde el acuífero subterráneo hasta la superficie. El concepto general a nivel mundial de esta agua no es el mejor, y no va con un producto premium, por lo que las etiquetas en las botellas generalmente no hacen referencia a este origen.

Sin embargo, esta opinión pública desfavorable es injusta, ya que se han hecho muchas catas a ciegas de aguas de fuente no artesiana y en algunos casos estas aguas puntuaron más alto que las aguas de manantial y las artesianas.

El agua de fuente no artesiana es similar al agua de manantial en su amplio rango de TSD

Agua de lluvia- "Rain Water"

Históricamente se ha utilizado el agua de lluvia para regar los cultivos y proveer agua bebible; típicamente se almacena en los tejados y se guarda para su posterior uso.

Muchos países con islas usan el agua de lluvia como una parte substancial del agua que consumen. Hasta los techos de los rascacielos en Hong Kong se utilizan para colectar agua de lluvia.

En los últimos años, algunas compañías comenzaron a embotellar agua de lluvia, de lugares remotos e impolutos, por lo que estas aguas hoy forman parte de la oferta de aguas premium. Muchas de ellas vienen de Tasmania, donde la polución es casi nula. El agua de lluvia debe ser recolectada cuidadosamente para prevenir la contaminación externa y debe ser almacenada rápidamente antes de que se acumule en la superficie.

El agua de lluvia embotellada, dentro de las aguas premium, es un agua joven, con un contenido muy bajo de minerales, libre de nitratos.

Algunos ejemplos de estas aguas son Cape Grim, Cloud Juice y Tasmanian Rain.

Agua de glaciares- "Glaciar Rain"

Apróximadamente 20.000 años atrás, un tercio de la tierra estaba cubierta por glaciares, los restos que ahora están siendo utilizados como fuente para agua embotellada. El agua que proviene de los glaciares de Alaska que se fue derritiendo se almacena para embotellar agua, y en el resto del mundo se hace lo mismo justo antes de que el agua dulce se mezcle con la de los océanos.

El terreno empinado en donde se encuentra la fuente hace que sea inhóspito para humanos y animales, y su acceso está restringido por regulaciones medioambientales. Aún así, quedan algunas preocupaciones sobre la contaminación.

El agua de glaciar es un agua antigua, algunas veces formada más de 17.000 años atrás. Típicamente tiene un contenido mineral extremadamente bajo y es similar en gusto y propiedades al agua de lluvia.

Un ejemplo de un agua premium que proviene de glaciares es "Ice Age".

Agua de Iceberg- "Iceberg Water"

Veinte a quince mil años atrás, la nieve sin ser tocada por la polución industrial era compactada para formar largas paredes de glaciares. Estas paredes luego se convirtieron en icebergs y fueron sujetos en la modernidad a la polución del aire por lo que pueden estar contaminados, especialmente en la superficie.

Las publicidades buscan convencer sobre la pureza de los icebergs, pero esas proclamas deben ser examinadas más detenidamente, especialmente a la luz de los recientes estudios que encontraron bacterias en el hielo glaciar.

Hoy en día, los icebergs son derretidos y embotellados, luego de ser remolcados desde el Norte del Atlántico hacia la orilla de nuevos destinos y rotos en pedazos.

Un ejemplo de este tipo de agua es "Iceberg Water".

Agua de mar profundo- "Deep Sea Water"

Los Icebergs cerca de Groenlandia se derritieron miles de años atrás y el agua producida era de una temperatura y salinidad distinta a la del resto del agua de mar.

Las diferencias existentes hicieron que esta agua se separara cuando se hundió en el suelo del océano y hoy en día circula por la tierra cada algunos miles de años. El Natural Energy Laboratory of Hawaii Authority (NELHA) en Keahole Point (Hawaii), provee ayuda para el acceso a esta profunda agua de mar a través de una cañería que baja 3.000 pies (914 metros) en el océano.

Algunos empresarios comenzaron a embotellar esta agua, principalmente para venderla al mercado japonés.

Un ejemplo de agua premium de esta categoría es "Kona Deep".

TIPOS Y CLASES DE AGUA EMBOTELLADA

Existen tres categorías de aguas envasadas que se diferencian por sus propiedades naturales o por los potenciales tratamientos a los que son sometidas en las plantas de embotellado: aguas minerales naturales, aguas de manantial y aguas preparadas o tratadas. La mayor parte de las aguas premium son aguas minerales naturales, ya que son más exclusivas.

Aguas minerales naturales

Son aguas subterráneas bacteriológicamente sanas y de composición química constante que se diferencian de las restantes aguas potables:

  1. Por su naturaleza: caracterizadas por su contenido en determinados minerales, oligoelementos y otros componentes y, en ocasiones, por determinados efectos salutíferos que habrán sido previamente demostrados mediante estudios clínicos y farmacológicos.
  2. Por su pureza original: Al residir en un acuífero subterráneo preservado por un perímetro de protección legalmente establecido al respecto.

Aguas de manantial ("Spring water")

Son aguas de origen subterráneo que poseen unas características naturales de pureza que permiten su consumo. Se rigen por los criterios de potabilidad de las aguas de consumo público.

Tanto las aguas minerales naturales como las aguas de manantial pueden someterse a tratamientos autorizados para eliminar elementos naturales inestables (hierro, azufre, manganeso, etc) a condición de que no modifiquen los constituyentes del agua que le confieren sus propiedades esenciales y que no tengan efectos desinfectantes.

Aguas preparadas o tratadas

Son aquellas que han sido sometidas a tratamientos físico-químicos diversos (ósmosis, ozono, ultravioleta, etc) para hacerlas potables y que cumplan, así, los mismos requisitos sanitarios que las aguas de consumo público.

Pueden ser:

  1. Aguas potables preparadas. Pueden tener cualquier origen, tanto subterráneo como superficial.
  2. Aguas de abastecimiento público preparadas. Su procedencia es la red pública.

De manera coyuntural, y con el fin de suplir ausencias o insuficiencias accidentales de las aguas de consumo público distribuidas por la red general, éstas también pueden envasarse de manera puntual y transitoria, denominándose aguas de consumo público envasadas.

Por supuesto que sería muy difícil encontrar un agua premium que perteneciera a esta última categoría.

ELEMENTOS DE LAS AGUAS PREMIUM

Hay una gran diferencia entre los distintos tipos de agua embotellada. La mayoría de las aguas embotelladas que se comercializan en el mundo, provienen de fuentes municipales y son aguas tratadas o de grifo. En Estados Unidos, el Gobierno y la industria estiman que el 25% del agua vendida en el país proviene de fuentes municipales.

Las aguas premium son completamente distintas. Como en el vino y en la comida, estas aguas especiales expresan el "terroir" o suelo de origen. Embotelladas en la fuente de origen, pueden ser naturalmente carbonatadas o sin carbonatación y no se pueden tratar. El contacto con las formaciones geológicas del lugar de origen le imparte una composición mineral única a cada agua; muchas de estas composiciones tienen fama de tener propiedades curativas. Algunas aguas se pueden haber originado sólo 30 días antes de ser embotelladas, como el caso del agua de lluvia; mientras que otras permanecieron más de 20.000 años bajo la tierra.

En AguasPremium.net evaluamos cada agua premium desde 6 elementos: Equilibrio, Virginalidad, Mineralización, Orientación, Dureza y Crianza.

  • Equilibrio

Es una medida de carbonatación, que va desde agua "sin gas" (0mg/lt) -"still" en inglés- hasta "fuerte" (>7,5mg/lt) -"bold" en inglés-.

El agua sin gas es la más codiciada en la mayor parte de los países, sobre todo Estados Unidos, ya que va con cualquier tipo de comida. La carbonatación aumenta la sensación bucal del agua, y debe ser maridada acorde al plato que se esté comiendo. Como regla general, las aguas de baja carbonatación acompañan mejor a comidas delicadas como el pescado o el sushi, y las de alta carbonatación o fuertes acompañan bien a la carne roja.

  • Virginalidad

Es una medida del nivel de nitratos en el agua, lo que indica cuán protegido está la fuente de su alrededor. El nivel de nitratos es una medida de la contaminación de la fuente en el largo plazo. Un agua premium debe contener muy bajo nivel de nitratos, preferentemente menos de 1mg/lt.

En aguaspremium.net catalogamos a las aguas con estrellas. El puntaje máximo son 5 estrellas (*****) cuando el agua es totalmente virgen, es decir, que tiene menos de 1mg/lt de nitratos y el puntaje mínimo es de 1 estrella (*) cuando el nivel de nitratos se acerca a 10mg/lt.

  • Mineralización

Es una medida del contenido de minerales disueltos en el agua e indicada como Total de Sólidos Disueltos (TSD), medida en miligramos por litro (mg/lt) o partes por millón (ppm), que es lo mismo. La mineralización le da a cada agua su gusto único y su rango de valor varía entre 0 a más de 1500mg/lt. Es útil pensar en el grado de mineralización de un agua como un vino: con un agua de mineralización muy débil (0-50mg/lt) comparable a un vino blanco muy suave como el Pinot Grigio, y en el lado opuesto un grado de mineralización muy fuerte (>1.500mg/lt) como un Cabernet Sauvignon o un Shiraz.

El tipo de roca por la que el agua circula (acuífero subterráneo), marca el tipo de minerales que van a predominar en el agua, ya que al disolver sus minerales, el agua se carga con las correspondientes sales procedentes de esa solubilización.

Otro factor que influye en la mineralización es la temperatura del acuífero en profundidad: a mayor profundidad de circulación subterránea, más temperatura y, en consecuencia, mayor Contenido de minerales disueltos (TSD).

TSD

Mineralización

0-50mg/lt

Muy suave

50-250mg/lt

Suave

250-800mg/lt

Mediana

800-1500mg/lt

Alta

1500-3000 mg/lt

Muy alta

  • Orientación

Es simplemente el nivel de pH del agua.

Las aguas premium tienen un pH que va desde 5 a 10. Las aguas ácidas (pH menor a 6,7) saben un tanto agrias, como ásperas. Aguas levemente alcalinas (pH 7,3- 7,8) saben un tanto dulce. Las aguas alcalinas (pH 7,8-10) saben un tanto amargas y se sienten más viscosas al gusto.

pH

Orientación

‹ 6,7

Ácida

7,3 – 7,8

Levemente alcalina- dulce

7,8- 10

Alcalina- amarga

  • Dureza

Es una medida de los niveles de Calcio y Magnesio.

Las aguas premium muestran una gran variedad de niveles de dureza, de acuerdo a la geología de la fuente de origen.

¿QUE ES EL AGUA PREMIUM?

El concepto de las aguas premium no es algo nuevo, aunque en los últimos años a nivel mundial hubo una explosión de nuevas aguas premium embotelladas. En Estados Unidos, las aguas premium embotelladas con "fines curativos" datan de 1767. Hoy en día, para ser considerada premium, el agua tiene que provenir de una fuente natural, y requiere una construcción de marca y ritual determinado.

Origen- Fuente

El agua premium es un agua proveniente de una fuente natural, con el más alto estándar de calidad, sostenibilidad medioambiental y protección completa de la fuente. El embotellado debe ser en la fuente original lo más ligero posible, sin alterar la composición natural del agua. En general, cuando el consumidor abre una botella de agua premium debe poder sentir la experiencia de tomar el agua en la fuente misma.

Muchas fuentes nuevas y exóticas como glaciares, icebergs y agua de lluvia, están siendo redescubiertas para las aguas premium y le agregan variedad a las aguas de manantial y artesianas tradicionales.

Marca

Para que un agua sea considerada premium, una marca fuerte es necesaria para contar la historia del agua y conectar al consumidor con la fuente. El agua es transparente, y la botella es generalmente el mayor componente que ayuda a la marca a conectarse emocionalmente con el consumidor. Otras formas de comunicación de la marca educan al consumidor sobre la fuente, sus propiedades únicas, y el valor de la oferta.

Ritual

El agua premium no se trata de hidratación y no trata de suplantar al agua de grifo. El agua premium busca generar un contexto epicúreo y rituales asociados a su consumo similares a los del vino.

La etiqueta del agua premium requiere atención a las copas, temperatura de servicio, el maridaje con los distintos platos, y un sentido general de cómo distintas aguas de distintas fuentes pueden degustarse. Esto hace al agua premium la otra botella en la mesa al lado del vino.

Con el vino no buscamos el mejor vino sobre los demás, sino que disfrutamos de las distintas variedades de vinos. Con las aguas premium sucede lo mismo; no buscamos la mejor agua, sino las sutiles diferencias así como la historia y origen único del agua.